Paro Nacional: Por vencimiento de términos quedó libre uno de los procesados por el cruel asesinato del capitán Jesús Alberto Solano

Un año y medio después del vil asesinato del capitán de la Policía, Jesús Alberto Solano, en medio de las protestas que se realizaban en el municipio de Soacha (Cundinamarca) uno de los procesados quedó en libertad por vencimiento de términos. Juan Sebastián Vélez, quien fue detenido después de ser identificado por testigos y los videos de la cámara de seguridad de la zona, fue enviado a la cárcel el 21 de mayo de 2021.

Sin embargo, debido a que pasaron los términos establecidos por la ley, desde la radicación del escrito de acusación y el inicio del juicio oral por los delitos de homicidio agravado, en concurso con hurto calificado y agravado, y porte ilegal de armas de fuego. Un fiscal especializado de la direccional Cundinamarca señaló que Vélez hizo parte del grupo de delincuentes que intentaban hurtar un cajero electrónico en un establecimiento comercial.

Estas personas aprovecharon el desorden que se presentaba por las manifestaciones y procedieron a cometer el robo en la Autopista Sur con calle 22. . Sin embargo, el capitán -quien fungía como jefe de la Sijín en Soacha- se percató de la situación e intentó detenerlos. De acuerdo con los elementos de prueba, el oficial documentaba con su celular los desmanes y grababa la manera cómo manifestantes intentaban destruir un cajero automático de una entidad bancaria en Soacha. Sin embargo, ante la violenta reacción de la multitud, corrió para ponerse a salvo.

En medio de los actos de violencia, el capitán Solano se percató de que un grupo de delincuentes intentaba robar un cajero automático de Bancolombia en la Autopista Sur con calle 22, por lo que se enfrentó a ellos para detenerlos. En medio del encuentro, Solano recibió cinco puñaladas de los sujetos que arremetieron contra su vida.

El material probatorio da cuenta cómo, el uniformado fue perseguido por cerca de 20 personas, entre ellas Juan Sebastián Vélez, lo alcanzaron, golpearon, atacaron con piedras y armas cortopunzantes. Adicionalmente fue despojado de sus pertenencias entre ellas su arma de dotación, , el carné policial y el radio de comunicaciones.

Sin embargo, el momento más difícil ocurrió cuando los delincuentes notaron que tenía un chaleco antibalas. Inmediatamente reaccionaron alegando que era un infiltrado. “Es un infiltrado, infiltrado, tiene un chaleco y es Policía. Lo van a dejar morir sus propios socios”, gritaban en medio de los desmanes y los restos de rocas.

Agonizando en el suelo, Solano tuvo que vivir más humillaciones, pues algunos de los manifestantes que cruzaban le gritaban a su paso “infiltrado” y toda suerte de insultos. Un grupo de personas trasladaron inmediatamente al capitán Solano al centro médico más cercano, sin embargo el 30 de abril, pese a los intentos de los galenos, falleció debido a al gravedad de las heridas.

Las pruebas documentales reseñaron que el capitán Solano recibió cinco puñaladas. La investigación permitió establecer que los atacantes deshumanizaron al capitán pues, además de golpearlo con sevicia, mencionaron varias veces que lo iban a quemar vivo. “Las personas le daban patadas por todo el cuerpo se escuchaba que decían que lo tenían que matar e incluso lo pensaban quemar vivo porque la intención era matarlo. Cuando la gente vio que en verdad lo iban a quemar, unas personas se metieron en el medio y dijeron que ya no más, que era suficiente”.

“Entonces sacaron al policía y comenzaron a arrastrarlo por toda la calle hasta llegar al frente del parqueadero cerca de la Autopista Sur con calle 22, donde cerca de ese lugar habían unos policías del Esmad, a quienes le dijeron que ahí le dejaban un sapo de esos muerto, y se dispersaron al rato”, reseñó el fiscal del caso durante la acusación.

Author: editor

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