Analistas prevén que la inflación anual haya llegado al 13,4 por ciento en enero, un nuevo máximo.
Pese a que el Banco de la República mantiene su agresivo plan de ajuste de tasas de interés, desde octubre del 2021 a la fecha las ha elevado en 12 puntos porcentuales hasta el 12,75 por ciento tratando de contener la escalada de la inflación, que cerró el año pasado sobre el 13,12 por ciento, el costo de vida de los colombianos se mantendrá al alza, por lo menos en los primeros tres o cuatro meses del 2023.(Lea también:Banco de la República completa su alza de tasas número 12 y las lleva a 12,75 %)
Según estimaciones de los analistas del Grupo Bancolombia, en enero el índice de precios al consumidor (IPC) habría presentado una variación mensual de 1,85 por ciento, lo que pudo haber llevado la anual hasta un nuevo récord en el presente sigo de 13,34 por ciento anual.No son los únicos que están viendo ese escenario en el país para el comienzo del 2023. En Fedesarrollo, las proyecciones apuntan a una variación anual en el costo de vida de 13,36 por ciento, mientras que la mayoría de analistas consultados por el Emisor en su encuesta mensual de expectativas enero habría marcado una inflación mensual de entre 1,5 y 1,9 por ciento.(Le puede interesar, además:Cómo quedó la tasa de usura para febrero? Endeudarse está cada vez más caro)
La expectativa por saber a qué nivel llegará la inflación y cuál es la variación en el costo de vida de los colombianos en el primer mes del año quedará despejada este sábado cuando el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) revele el dato definitivo del IPC.
El ascenso en el costo de vida, el número 27 en serie y el más alto del presente siglo, se registra pese al anuncio de varias medidas anunciadas por el Gobierno Nacional el año pasado para atajar el ascenso que viene presentando el costo de vida en Colombia, al margen de ajuste de tasas de interés que viene ejecutando el propio Banco de la República.
Entre las salidas anunciadas en su momento por el presidente Gustavo Petro para frenar dicha escalada estaban los subsidios en la compra de fertilizantes y otros insumos claves para los productores del campo, la reducción temporal de aranceles, apoyo financiero al sector agrícola, con las cuales se buscaba reducir el impacto de la producción en el costo de los alimentos, uno de los factores que más golpea el bolsillo de los colombianos.
Otras de las medidas apuntaron a evitar el incremento de las tarifas de la energía, para lo cual anunció un cambio de la formula tarifaria, avanzar en la reforma agraria y hasta llevar mercados a los barrios más pobres.
Alimentos y energía
Pese a que varias de esas propuestas están en marcha desde hace varios meses, los efectos de las mismas no se han visto aún y, por el contrario, el costo de vida en Colombia sigue avanzando.
Para Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), sin duda los subsidios a la compra de fertilizantes y otras materias primas, así como los menores aranceles han tenido un impacto en los costos de producción del sector, pues sin estos beneficios es claro que el costo de los alimentos habría sido mayor y su impacto sobre la inflación también.
El dirigente gremial dijo que los efectos de medidas como esas, no obstante, son de más largo plazo, pero de igual forma, el sector agrícola necesita de otras urgentes que les permita a los productores del campo aliviar otros costos, como un amplio programa de mejoramiento de las vías terciarias del país que permitan mejorar todo el tema logístico de salida de los alimentos de las fincas hasta los centros de acopio en las ciudades.
El apoyo a los productores del campo estuvo entre las primeras medidas adoptadas por el Gobierno nacional el año pasado y tal vez explica en parte los resultados de este renglón en enero.
Según los analistas del Grupo Bancolombia, la inflación mensualde alimentos pudo mostrar una marcada desaceleración hastapoco menos de 2 por ciento en el primer mes del 2023. Basados en información oficial, estiman en la entidad “una variación entre diciembre y enero de 1,48 por ciento para esta categoría de alimentos. Esto
respondería a alzas más moderadas en proteínas, arroz yalgunas frutas frescas, así como a caídas en zanahoria,hortalizas, cebolla, yuca y huevos”, señalan.
A lo anterior también estaría contribuyendo la moderación de las lluvias y el menor avancede los costos agropecuarios, lo que llevaría a que lainflación anual de alimentos pase de 27,8 por ciento en diciembre a25 por ciento en enero pasado.
En cuanto a la reducción en los costos de energía. Mientras que la Superintendencia de Servicios Públicos, señaló que entre septiembre y noviembre se presentó una reducción de 2,6 por ciento, las cifras del Ministerio de Minas y Energía, indicaban que hasta noviembre se había alcanzado un promedio de 4,2 por ciento en el territorio nacional.
Medidas de largo plazo
Pero, ¿cuál ha sido el efecto de las otras medias? El consenso de los analistas señala que varias de las propuestas planteadas por el Gobierno en su afán por contener el elevado costo de vida no tiene efectos inmediatos sobre la economía sino son temas de más largo aliento y solo sus resultados se conocerán más adelante.
Munir Jalil,Economista en jefe para la Región Andina de BTG Pactual, es de lo que considera que dichas medidasayudan, pero “no se pueden esperar milagros de ellas”.
Lo que se pueda hacer para controlar costos y desligar incrementos de precios al salario mínimo es bienvenido, precisa el economista, quien insiste en que no se puede esperar que sean medidas altamente eficaces para cambiar la tendencia de la inflación en el corto plazo. “Combatir la inflación es como correr una maratón: se necesita una estrategia y no desfallecer”.
Para Luis Fernando Mejía, director del centro de estudios económicos Fedesarrollo, es claro que hay factores que han ayudado a mitigar el problema inflacionario, como los elementos relacionados con los subsidios a los fertilizantes, las bajas en los aranceles a los bienes importados utilizados en los procesos de producción agropecuaria.
Sin embargo, advierte que lo que ocurre hoy, en buena medida, tiene que ver con problemas por el lado de la demanda, en particular, un crecimiento de la economía muy por encima de su potencial, aunado a un desbalance externo, un déficit en cuenta corriente que puede llegar al 6 por ciento del PIB y un déficit fiscal que continúa por tercer año consecutivo por encima del 7 por ciento del PIB.
“El Gobierno debe continuar con sus medidas relacionadas con subsidios a los fertilizantes y rebaja en aranceles, pero los problemas de inflación seguirán en la medida que las presiones continuarán por el lado de la demanda agregada. Por eso, elcontrol de la inflación es el principal reto para este 2023 y tiene que ver con la corrección de esos desbalances del ajuste fiscal y el desbalance externo”, precisa Mejía.
Para Jalil, ese combate de la inflación debe comenzar con el reforzamiento del mensaje del Banco de la Repúblicaen el sentido de que hay acciones concretas (incrementos de sus tasas de interés) para que que quede claro qué hay una autoridad monetaria comprometida con hacer converger la inflación hacia niveles más bajos.
Dice que también es necesario que el Gobierno se comprometa con ese discurso y deje de defender que la inflación es un fenómeno de oferta. “Desde luego hay factores tanto de oferta como de demanda, pero en el margen, lo que tiene la inflación disparada es el buen desempeño económico que traíamos del 2022”, puntualizó.